¿Qué es Leishmaniasis?
Leishmaniasis es una enfermedad endémica en el Perú y muchos otros países que afecta principalmente a las áreas rurales. ¿El problema? No tiene la atención necesaria por parte de la comunidad científica.
¿Cómo se transmite esta enfermedad y qué manifestaciones clínicas presenta?
La enfermedad es transmitida por la picadura de un flebótomo (“mosquito”). En el intento de alimentarse con la sangre del huésped (humano u otro mamífero), este mosquito inyecta los parásitos de Leishmania al torrente sanguíneo del individuo. Estos parásitos se albergan, en su mayoría, dentro de ciertas células del sistema inmune conocidas como macrófagos.
Dependiendo de la especie de Leishmania, se pueden desarrollar diferentes manifestaciones clínicas:
La Leishmaniasis visceral es altamente endémica en África e India y se caracteriza principalmente por presentar hepatoesplenomegalia (bazo e hígado agrandados), fiebre y pérdida de peso. En la mayoría de casos, si esta enfermedad no se trata, suele ser mortal. La Leishmaniasis cutánea es la forma más común y está caracterizada por lesiones ulcerosas en la piel, que en algunos casos puede derivar en leishmaniasis mucocutánea, lo que genera destrucción de las membranas de mucosas de la nariz, boca y garganta. Este tipo de Leishmaniasis (tanto cutánea como mucocutánea) es más común en el Perú y en otros países de América y Asia.
¿Cuáles son los factores que aumentan el riesgo de Leishmaniasis?
En general, cualquier escenario que resulte en depósitos de agua y residuos puede contribuir a la acumulación de los vectores (mosquitos) y así tener mayor chance de transmitir los parásitos a los humanos. Dado que estos mosquitos necesitan alimentarse de sangre para que sus huevos maduren y así aseguren su reproducción, lugares de hacinamiento serían ideales para su presencia (fuente de alimento disponible). Por este motivo, aquellos lugares con mayor índice de pobreza son generalmente los más afectados por esta enfermedad. Asimismo, la progresión y gravedad de esta enfermedad depende mucho de qué tan robusto se encuentre el sistema inmune del paciente. Por este motivo, la malnutrición representa uno de los factores de riesgo más preocupantes en el transcurso de Leishmaniasis.
¿Cómo se trata la enfermedad?
El fármaco de preferencia para la leishmaniasis visceral es la Amfotericina en forma liposomal (AmBisome). Gracias a los esfuerzos de distintos investigadores y la Organización Mundial de la Salud, ha sido posible implementar este fármaco en aquellos centros de salud de países con mayor incidencia de esta enfermedad. Por otro lado, si bien muchas veces las lesiones cutáneas logran curarse sin tratamiento, en aquellos casos que lo requieran (tanto para esta como para la leishmaniasis mucocutánea) los antimoniales pentavalentes son la mejor opción, pudiendo también administrarse amfotericina si fuese necesario (la desventaja de esta es su precio elevado). Sin embargo, un problema que se ha presentado es que existen tasas elevadas de falla al tratamiento con antimoniales, así como alta toxicidad de este compuesto; lo cual refleja la necesidad de búsqueda de nuevos fármacos que sean más eficaces y conduzcan a efectos secundarios menos severos. En esta misma línea es curioso que, hasta el momento, no existen vacunas efectivas para esta enfermedad por lo que podemos concluir en que el campo de investigación en Leishmaniasis tiene, aún, mucho por descubrir.
Referencias:
Organización Mundial de la Salud (OMS). Leishmaniasis. Extraído de: http://www.who.int/leishmaniasis/en/. 2016.
Centers for Disease Control and prevention (CDC). Parasites-Leishmaniasis, Treatment. Extraído de: http://www.cdc.gov/parasites/leishmaniasis/treatment.html. 2016.
Matlashewski et al. Research priorities for elimination of visceral leishmaniasis. The Lancet Global Health, Vol 2. 2014.
Alvar et al. Leishmaniasis worldwide and global estimates of its incidence. PLoS One, Vol 7. 2012.