Integración social y riesgo a enfermedades: ¿Cuál es la relación?
Desde hace ya unos años se ha determinado que el estatus socioeconómico esta asociado fuertemente a valores preocupantes de morbilidad (número de personas enfermas) y mortalidad (1). ¿Qué podría explicar esto? En una serie de estudios epidemiológicos se ha encontrado que ciertas conductas de riesgo (alimentación inadecuada, consumir tabaco y alcohol en exceso, etc) tienden a ser más repetitivos en los grupos con estatus social inferior de distintas comunidades. Pero, en realidad ¿es solo una cuestión de patrones? ¿habrá algo más allá de conductas potencialmente perjudiciales que explique esto? En un reciente artículo publicado la en la revista científica Science, una serie de investigadores se preguntaron si los patrones de jerarquía en una comunidad de macacos Rhesus femeninas (en cautiverio) podría tener un efecto sobre la expresión de ciertos genes asociados al sistema inmune (2).
¿Qué es el sistema inmune? Este constituye una defensa compleja y orquestada entre distintas estructuras, células y procesos biológicos que protege a los organismos frente a agentes extraños y posiblemente patógenos. Al estudiar la expresión genética de aquellas células que componen el sistema inmune (monocitos, células Natural Killer, linfocitos B, linfocitos T citotóxicos y linfocitos T ‘helper’), estos autores fueron capaces de identificar si un fenómeno como la jerarquización social es capaz de alterar la actividad de dichas células.
¿Cómo lograron alterar los rangos de dominancia social en estas macacos? Cuando estas se encuentran en cautiverio, se ha visto que su rango puede ser manipulado intencionalmente al introducirlas en un nuevo grupo de macacos. ¿Cómo ocurre esto? Pues, el orden en el que son introducidas predice con suma precisión su estatus, teniendo un mayor estatus aquellas que son introducidas antes. Durante la primera fase del estudio (1 año) se tomó muestras de sangre y se analizó la expresión genética de las células anteriormente mencionadas. Además, se expuso a estas células a una molécula denominada lipopolisacárido (correspondiente a aquel que compone la pared celular de bacterias gram-negativas) capaz de provocar una reacción inmunitaria. ¿Qué se observó? Pues, las células inmunes de aquellas macacos que se habían establecido en la parte inferior de la jerarquía de su grupo eran menos eficientes en combatir una potencial infección bacteriana.
Bastante interesante, ¿no? Al encontrar estos resultados tan controversiales, los investigadores se preguntaron si este fenómeno podría revertirse. Así, durante la segunda fase del estudio (segundo año) se introdujo a las mismas macacos, en un distinto orden, en otro grupo, estableciendo una nueva jerarquía y rangos sociales dentro de este grupo. ¿Qué se encontró? Aparentemente, durante los primeros tres meses de esta nueva reacomodación social, la expresión de los genes de las células inmunes variaba de acuerdo al nuevo rango social que habrían adquirido, alterando igualmente el grado y la eficiencia de la respuesta inmune de cada macaco femenino.
¿Qué implicancias trae este estudio? Si bien es un estudio en animales con mecanismos sociales semejantes a los nuestros, hay ciertos puntos que deberíamos tomar en cuenta. En definitiva, más allá de que posiblemente los patrones o conductas sociales tengan un efecto claro en nuestra salud, factores tales como los vínculos sociales y la percepción de realmente sentirse parte de un grupo podrían estar teniendo efectos sumamente profundos en nuestra genética que, en poco tiempo, son capaces de fortalecer o mermar nuestro sistema inmune. Aunque falte mayor investigación en esta área, no es descabellado pensar que políticas públicas que se enfoquen más en un empoderamiento y en una real integración social (más allá de una compensación económica) podrían reducir el riesgo a distintas enfermedades y disminuir la mortalidad de las poblaciones a través de los mecanismos descritos en este estudio. ¿Podría, esta nueva perspectiva de analizar a la sociedad, ayudarnos a replantear distintas estrategias de carácter público y, posiblemente, ser el viraje tan añorado que se necesita para afrontar nuestra problemática social?
Figura 1: extraída de (3)
Referencias:
Finch C, Singer B. Pathways of Survival and Social Structure During Human Transitions from the Darwinian World. In: Committee on Population; Division of Behavioral and Social Sciences and Education; National Research Council; Weinstein M, Lane MA, editors. Sociality, Hierarchy, Health: Comparative Biodemography: A Collection of Papers. Washington (DC): National Academies Press (US); 2014 Sep 22.
Snyder-Mackler N et al. Social status alters immune regulation and response to infection in macaques. Science. 2016 Nov 25;354(6315):1041-1045.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5b/Rhesus_macaque_Macaca_mulatta_(2154440309).jpg