¿Los aditivos alimentarios son malos para la salud?
¿Qué es un aditivo alimentario?
Se entiende por aditivo alimentario cualquier sustancia que no se consume normalmente como alimento en si misma, ni tampoco se usa como ingrediente básico en alimentos, tenga o no valor nutritivo, y cuya adición intencionada al alimento con fines tecnológicos , resulte en un componente del alimento que afecte a sus características.(1) Todos los aditivos alimentarios se identifican con un número E. Estos deben de estar siempre incluidos en las listas de ingredientes de los alimentos en los que se utilizan. Las etiquetas del producto deben identificar tanto la función del aditivo en el alimento terminado (colorante, conservante, etc) como la sustancia específica utilizada, bien haciendo referencia al número E apropiado o a su nombre (por ejemplo, E 415 o goma Xantana).
Los aditivos más comunes que aparecen en las etiquetas de los alimentos son los colorantes, los emulsionantes, los estabilizadores, los gelificantes y los espesantes, los conservantes y los edulcorantes.
¿Para qué se usan estos aditivos?
Para mantener o mejorar la seguridad y la frescura de los alimentos: Los conservantes retardan el deterioro del producto causado por agentes como el moho, el aire, las bacterias o los hongos. Además de mantener la calidad de los alimentos, ayudan a controlar la contaminación que puede causar enfermedades transmitidas por los alimentos (botulismo, salmonelosis, etc). Los antioxidantes, un tipo de conservantes, impiden que las grasas, los aceites y los alimentos que los contienen se vuelvan rancios o desarrollen un sabor desagradable.
Para mantener o mejorar el valor nutricional del alimento: Vitaminas , minerales y fibra se añaden a muchos alimentos para compensar los nutrientes perdidos durante su procesamiento o para mejorar su calidad nutricional. Tal fortificación y enriquecimiento han ayudado a reducir la desnutrición a nivel mundial. Todos los productos que contengan nutrientes adicionales deben estar debidamente etiquetados.(2)
Dar a los alimentos una textura adecuada: Por ejemplo, los emulsionantes evitan que los productos líquidos se separen, los estabilizadores y espesantes proporcionan una textura uniforme y los agentes antiaglutinantes permiten que las sustancias fluyan libremente.
Controlar el equilibrio acido base de los alimentos: Ciertos aditivos ayudan a cambiar el equilibrio ácido-base de los alimentos para obtener cierto sabor o color. Este es el caso de los agentes usados para la fermentación, que liberan ácidos cuando se calientan y reaccionan con bicarbonato de sodio para ayudar a las galletas, pasteles y otros productos horneados a alcanzar la textura deseada.
Mejorar el sabor y la apariencia de los productos: Se añaden especias, sabores naturales y artificiales y edulcorantes para mejorar el sabor de los alimentos. Los colores de los alimentos mantienen o mejoran la apariencia.
¿Son seguros para la salud?
Múltiples instituciones a nivel mundial tales como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) y FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU) son las encargadas de realizar rigurosos estudios para comprobar la seguridad de los aditivos alimentarios. Cabe señalar que a pesar de que la legislación alimentaria es diferente en cada país, existe a nivel internacional un compendio de estándares, códigos de prácticas, guías y otras recomendaciones relativas a los alimentos, su producción y seguridad alimentaria denominada Codex Alimentarius. Este es una referencia internacional para la resolución de conflictos o disputas concernientes a la seguridad alimentaria y a la protección del consumidor.
Hoy en día, los aditivos alimentarios son más estrictamente estudiados, regulados y controlados que en cualquier otro momento de la historia. Para comercializar un nuevo alimento o aditivo (o antes de usar un aditivo ya aprobado para un uso de otra manera aún no aprobada), un fabricante debe solicitar primero una petición a las instituciones para su aprobación. Estas peticiones deben proporcionar pruebas de que la sustancia es segura en las formas en que se utilizará.
Al evaluar la seguridad de una sustancia para poder ser aprobada, se considera: la composición y propiedades de la sustancia, la cantidad que normalmente se consumiría, los efectos inmediatos y a largo plazo para la salud y diversos factores de seguridad. La evaluación determina un nivel apropiado de uso que incluye un margen de seguridad incorporado, factor que permite la incertidumbre sobre los niveles de consumo que se espera sean inofensivos. En otras palabras, los niveles de uso aprobados son mucho más bajos que las cantidades a las que se esperaría que tuviera algún efecto adverso.(3)
Si nuevas pruebas sugieren que un producto ya en uso puede ser inseguro, o si los niveles de consumo han cambiado lo suficiente como para requerir otra revisión, las autoridades pueden prohibir su uso o realizar estudios adicionales para determinar si el uso todavía puede considerarse seguro.
Como conclusión , podríamos decir que los aditivos usados en la industria alimentaria son estrictamente estudiados, regulados y controlados. Las regulaciones federales requieren evidencia de que cada sustancia es segura a su nivel de uso antes de que pueda agregarse a los alimentos. Además, todos los aditivos están sujetos a una revisión de seguridad continua, ya que la comprensión científica y los métodos de prueba continúan mejorando.
BIBLIOGRAFIA:
Joint FAO/WHO Codex Alimentarius Commission. (2007). Codex Alimentarius Commission: Strategic Plan 2008-2013. Food & Agriculture Org.
World Health Organization. (2016). Evaluation of Certain Food Additives and Contaminants: Eightieth Report of the Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives (Vol. 80). World Health Organization.
International Food Information Council (IFIC) and U.S. Food and Drug Administration (FDA). Food ingredients and colors. Updated December 2, 2014. www.fda.gov/downloads/Food/FoodIngredientsPackaging/ucm094249.pdf.