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Alexandra Prado

Estado actual del tratamiento con células madre: ¿Teoría o realidad?

En las últimas décadas, numerosos estudios pre-clínicos, y recientemente, estudios clínicos, han demostrado el potencial regenerativo de la terapia con células madres en ciertos órganos como el miocardio después de un infarto, lesión medular, enfermedades de la retina e hígado dañado (1, 2, 3). Entonces, ¿por qué aún no se aplican ampliamente estas terapias? A pesar de su potencial terapéutico, el tratamiento con células madre enfrenta desafíos técnicos. Entre ellos, el transferir células madre a órganos o tejidos dañados de una forma segura y eficiente.

¿Cuáles son los tipos de células empleados en las terapias con células madres y qué problemas enfrenta cada uno de ellos?

· Tratamiento con células madre embrionarias (hESC): También llamadas células madre pluripotentes, debido a su habilidad de diferenciarse en cualquier tipo de célula, las hESC fueron las primeras candidatas para potenciales tratamientos. Sin embargo, al ser probadas en animales, estas provocaron teratomas (tumores encapsulados que contienen varios diferentes tipos de células). Al ser obtenidas de embriones, además de afrontar problemas éticos, podrían ser rechazadas por el sistema inmune del paciente.

· Tratamiento con células madre adultas: Estas células madres, también llamadas células madre multipotentes, se encuentran en muy pequeñas cantidades en los tejidos, es por ello que aislarlas y purificarlas para su posterior aplicación, representa un problema. Así mismo, al ser células adultas, podrían contener más anormalidades en su genoma, causadas por factores ambientales y por haber pasado por más procesos de duplicación. (4)

· Tratamiento con células madre pluripotentes inducidas (iPSC): Estas son células adultas que fueron reprogramadas para convertirse en células pluripotentes. Por ello, al igual que hESC, son capaces de formar teratomas y al provenir de células adultas, también podrían sufrir de anormalidades en su ADN. Debido a que estas células pueden ser derivadas de las células adultas del propio paciente, se creía que no generarían rechazo inmunológico. Sin embargo, existen pruebas de que células derivadas de iPSC podrían inducir una respuesta inmune. (5)

A pesar de que la mayoría de tratamientos con células madres aún se encuentran en las primeras fases de estudios clínicos, muy pocos han sido aprobadas para su uso en pacientes. Algunos ejemplos son las células madres límbicas que han sido registradas como un producto para las quemaduras oculares en Europa, y las células madres mesenquimales, las cuales han sido aprobadas en caso de Enfermedad injerto contra huésped (complicación que puede ocurrir después de un trasplante de médula ósea) (6).

La FDA (Food and Drug Administration), solo ha aprobado terapias relacionadas a trasplante de células madre obtenidas de cordón umbilical para casos de leucemia, y ciertos tipos de desórdenes inmunes y metabólicos. Sin embargo, la agencia permite otros usos de las células madre, siempre y cuando cumplan ciertos criterios como "manipulación mínima" de las células y "uso homólogo", es decir, usar las células para la misma función que naturalmente cumplen en el cuerpo. A pesar de las regulaciones, en la actualidad, existen varias clínicas que ofrecen tratamientos que no han sido aprobados por la FDA. Estas clínicas juegan con la esperanza de la gente, prometiendo terapias que no cuentan con un respaldo científico, ni evidencias favorables de ensayos clínicos, exponiendo a sus pacientes a riesgos médicos (7).

Básicamente, hay muchas promesas en el uso de células madres, pero aún nos falta comprender mucho sobre la ciencia detrás de ellas. Una vez que tengamos más conocimientos sobre los mecanismos que gobiernan su potencial regenerativo y sus procesos de diferenciación, podremos emplearlas en el tratamiento y prevención de numerosas enfermedades.

Referencias:

1. Sanganalmath S. K., Bolli R. Cell therapy for heart failure: a comprehensive overview of experimental and clinical studies, current challenges, and future directions. Circulation Research. 2013;113(6):810–834.

2. Tibbetts M. D., Samuel M. A., Chang T. S., Ho A. C. Stem cell therapy for retinal disease. Current Opinion in Ophthalmology. 2012;23(3):226–234.

3. Martínez-Morales P. L., Revilla A., Ocaña I., et al. Progress in stem cell therapy for major human neurological disorders. Stem Cell Reviews and Reports. 2013;9(5):685–699.

4. NIH Stem Cell Information Home Page. In Stem Cell Information. Bethesda, MD: National Institutes of Health, U.S. Department of Health and Human Services, 2016 [Citado: 15 de agosto, 2017] Disponible en: //stemcells.nih.gov/info/faqs.htm

5. Zhao T1, Zhang ZN, Rong Z, Xu Y. Immunogenicity of induced pluripotent stem cells. Nature. 2011 May 13;474(7350):212-5.

6. Trounson A, McDonald C. Stem Cell Therapies in Clinical Trials: Progress and Challenges. Cell Stem Cell. 2015 Jul 2;17(1):11-22.

7. The New York Times. Stem Cell Therapies Are Still Mostly Theory, Yet Clinics Are Flourishing. Gina Kolata, 2016. [Citado: 16 de agosto, 2017] Disponible en: //www.nytimes.com/2016/07/28/upshot/stem-cell-therapies-are-still-mostly-theory-yet-clinics-are-flourishing.html

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