Edulcorantes artificiales : ¿Riesgo o beneficio?
Actualmente, el uso de edulcorantes artificiales es cada vez más común, ya sea añadiéndolos nosotros mismos a nuestras bebidas o alimentos o encontrando una amplia variedad de productos elaborados con estas sustancias (¨sin azúcar¨ o ¨light¨) en los supermercados. Y es que al proveer un sabor dulce sin aportar las calorías que los productos con azúcares añadidos contienen, los edulcorantes acalóricos suelen ser vistos como la mejor opción para la pérdida de peso y una ayuda ideal para el seguimiento de un régimen nutricional. Pero, ¿podríamos decir que estas sustancias son realmente beneficiosas para nuestra salud y no traen consigo ningún riesgo?
¿Cómo se regulan los edulcorantes artificiales?
La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos), ha aprobado cinco edulcorantes artificiales: sacarina, acesulfamo, aspartamo, neotame y sucralosa (1). Además, la stevia, un edulcorante natural intensamente dulce, ha sido aprobada para uso limitado (2). Para cada edulcorante, la FDA establece una ingesta diaria aceptable (IDA) , en mg por kg de peso corporal, que es la cantidad de edulcorante que se piensa que es segura de consumir todos los días durante toda la vida. La IDA es típicamente 100 veces menor que la dosis del edulcorante que causó toxicidad en estudios en animales.
Posibles riesgos:
Tanto la Asociación Americana del Corazón como la Asociación Americana de la Diabetes han recomendado utilizar cautelosamente edulcorantes artificiales en lugar del azúcar para combatir la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes, todos los factores de riesgo para las enfermedades del corazón (3). Si bien es cierto en las últimas décadas se han llevado a cabo numeroso estudios para determinar la posible existencia de una relación entre el consumo de edulcorantes artificiales y cáncer, actualmente se están investigando otros posibles riesgo del consumo excesivo de estos, como por ejemplo:
· Estudios mostraron que el consumo elevado de estas sustancias tanto en ratones como en humanos aumentó el riesgo de intolerancia a la glucosa y que estos efectos metabólicos adversos están mediados por la modulación de la composición y función de la microbiota intestinal que producen (4). Además, se vio que estos taxones de bacteria alterados se habían relacionado previamente con el desarrollo de diabetes tipo 2 (5,6).
· En cuanto al sabor, los edulcorantes no nutritivos son mucho más potentes que el azúcar de mesa. La sobre estimulación de los receptores de azúcar por el uso frecuente de estos edulcorantes de sabor intenso puede limitar la tolerancia para gustos más complejos. Eso significa que las personas que usan habitualmente edulcorantes artificiales pueden empezar percibir alimentos menos dulces (como frutas y verduras),como menos agradables , lo que podría llevar a reducir su consumo (3).
· Actualmente, no existe una recomendación específica para su consumo en niños. Sin embargo, algunos estudios sugieren que el consumo elevado de edulcorantes artificiales en niños (principalmente en forma de bebidas dietéticas) estaría relacionado a la ganancia de peso, principalmente por una compensación alimentaria (7).
Entonces, ¿todo esto indicaría que es mejor consumir azúcar libremente? La respuesta es NO. Alimentos que contienen azúcar en su forma natural, como la fruta fresca por ejemplo, tienen una densidad nutricional elevada, una alta cantidad de fibra y baja carga glucémica. Por otro lado, el azúcar refinado, el cual se encuentra en la mayoría de productos industrializados, al ser consumido en grandes cantidades ,aumenta rápidamente los niveles de glucosa en sangre y de insulina, eleva los triglicéridos, los mediadores inflamatorios , los radicales de oxígeno y junto con ellos el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas.
Consejo de Noisyscience: Mantener el consumo de azúcares (presentes en dulces, pasteles, gaseosas, etc) en una cantidad que represente menos del 5% de la ingesta calórica diaria y no abusar de edulcorantes artificiales acalóricos. De esta manera, evitaremos los riesgos provenientes de un alto consumo de azúcares, además de la posible sobre estimulación de los receptores de azúcar y sus consecuencias negativas para la salud.
Bibliografía:
Artificial sweeteners: no calories…sweet! FDA Consum. 2006;40(4):27–28.
Gardana C, Scaglianti M, Simonetti P. Evaluation of steviol and its glycosides in Stevia rebaudiana leaves and commercial sweetener by ultra-high-performance liquid chromatography-mass spectrometry. J Chromatogr A. 2010;1217(9):1463–1470.
Nonnutritive Sweeteners: Current Use and Health Perspectives. Christopher Gardner, Judith Wylie-Rosett, Samuel S. Gidding, Lyn M. Steffen, Rachel K. Johnson, Diane Reader and Alice H. Lichtenstein. Circulation. 2012;CIR.0b013e31825c42ee, originally published July 9, 2012
Suez, J., Korem, T., Zeevi, D., Zilberman-Schapira, G., Thaiss, C. A., Maza, O., ... & Kuperman, Y. (2014). Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Nature, 514(7521), 181-186.
Qin, J. et al. A metagenome-wide association study of gut microbiota in type 2 diabetes. Nature 490, 55–60 (2012).
Karlsson, F. H. et al. Gut metagenome in European women with normal, impaired and diabetic glucose control. Nature 498, 99–103 (2013).
Brown, R. J., BANATE, M. A., & Rother, K. I. (2010). Artificial sweeteners: a systematic review of metabolic effects in youth. Pediatric Obesity, 5(4), 305-312.