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Alexandra Prado

¿Realmente funcionan los métodos de lectura rápida? – Segunda parte

En un artículo anterior de Noisy Science, estuvimos hablando de la efectividad de los métodos de lectura rápida en cuanto a los movimientos de los ojos. Sin embargo, el proceso cognitivo es un factor que también influye en la velocidad de la lectura.

¿Qué son los procesos cognitivos?

Los procesos cognitivos hacen referencia a las tareas que el cerebro realiza constantemente. Estos se encargan de procesar toda la información que recibimos del exterior. Se pueden clasificar en:

· Procesos cognitivos básicos: Como sensación y percepción, atención, memoria (incluye la memoria a corto plazo, memoria semántica, memoria operativa).

· Procesos cognitivos superiores: Como inteligencia, pensamiento (incluye solución de problemas, razonamiento, toma de decisiones, etc.) y lenguaje.

Procesos cognitivos en la lectura

Cuando leemos tenemos que usar muchos procesos cognitivos como prestar atención y evitar distracciones, reconocer las letras y palabras, recordar su significado, retener la secuencia de palabras, asociar lo que leemos con contenido que hemos aprendido anteriormente, etc. Sin embargo, el número de procesos cognitivos que usamos es variable, dado que la manera en la que procesamos la información es diferente cuando estamos intentando encontrar un fragmento de la lectura, que cuando leemos el texto completo. Cualquiera que sea el caso, estos procesos cognitivos en la lectura toman cierto tiempo que debemos respetar en orden de tener una buena comprensión de lo que leemos.

¿Cómo los métodos de lectura rápida afectan a la comprensión lectora?

Uno de las herramientas más comunes en los cursos de lectura rápida es eliminar la sub-vocalización (escuchar mentalmente la pronunciación de las palabras que leemos). Debido a que aprendemos a hablar y escuchar antes de aprender a leer, tendemos, en su mayoría, a acceder a sonidos del habla cuando leemos.

Cuando los científicos intentaron que algunas personas eliminen su sub-vocalización cuando leían—al hacerles constantemente hacer un Uhm interior, o al poner alguna melodía cada vez que un sensor detectaba alguna actividad en sus cuerdas vocales—la comprensión disminuyó significativamente. Existe mucha evidencia de que cuando una persona reconoce visualmente una palabra, recurre a su sonido, es decir, la recita mentalmente para poder entenderla. Es por esta razón que una vez más, los métodos de lectura rápida no son efectivos, en términos de comprensión lectora.

La memoria operativa es la habilidad para almacenar información temporalmente, mientras que se realizan otras operaciones de procesamiento simultáneamente. Mientras leemos, necesitamos recordar la idea principal y los detalles de una oración, para así poder asociarla e integrarla a la anterior. Por lo tanto, la memoria operativa es clave en la lectura. Sin embargo, algunas aplicaciones de lectura rápida que emplean el método RSVP (Presentación visual serial rápida), tienen un serio problema con la memoria operacional. En estas aplicaciones, las palabras aparecen muy rápidamente en una pantalla y desaparecen para ser reemplazadas por la siguiente. El problema de RSVP es que no podemos volver en el texto para volver a leerlo y sobrecarga nuestra memoria operacional, causando que al final no recordemos mucho.

La mayoría de personas puede leer en promedio entre 250 a 400 palabras por minuto con una buena comprensión de lo que leen; mientras que el ratio de una conversación normal es de 150 a 160 palabras por minuto. Tomando en consideración que leer depende del lenguaje y que es un proceso “no natural”, es decir, no es un instinto, sino que tuvo que ser aprendido, podemos decir que leer es un proceso muy complejo. “Si uno puede entender esto, se vuelve realmente obvio que ningún ser humano puede leer 1000 o 2000 palabras por minuto y mantener el mismo nivel de comprensión que cuando lo hacen a un ritmo de lectura normal”, asegura Elizabeth Schotter, una psicóloga cognitiva de la Universidad de California San Diego.

Aunque es posible incrementar la velocidad de este proceso sin disminuir nuestra comprensión cuando leemos algún tema con el que estamos familiarizados, la única manera de aumentar la velocidad general de lectura es: leer frecuentemente, leer temas variados, y leer contenido que aumente tu vocabulario y estimule tu mente (como los artículos de Noisy Science). Por ello recuerden, no existen fórmulas mágicas para multiplicar rápidamente el número de palabras que leemos por minuto y comprender todo.

Referencias:

-Rayner K., Schotter ER., Masson MEJ., Potter MC., Treiman R. So Much to Read, So Little Time. Sage Journals. 2016; 17, 4-34

-Suzan Nouwens, Margriet A. Groen, Ludo Verhoeven. How working memory relates to children’s reading comprehension: the importance of domain-specificity in storage and processing. Read Writ. 2017; 30(1): 105–120.

-Gil-Gómez de Liaño B1, Potter MC, Rodríguez C. Working memory effects in speeded RSVP tasks. Psychol Res. 2014; 78(1):124-35.

-Daneman M, Merikle PM. Working memory and language comprehension: A meta-analysis. Psychon Bull Rev. 1996; 3(4):422-33.

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