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Thais Alvarado

Hipercolesterolemia y menopausia : ¿Qué relación existe y cómo combatirla?

El colesterol es una sustancia de naturaleza lipídica que se encuentra en el organismo y que es necesaria para llevar a cabo una serie de funciones vitales, tales como la formación de los ácidos biliares u hormonas (como las sexuales o las tiroideas). Existen dos tipos principales de colesterol: el LDL colesterol (lipoproteína de baja densidad, conocido como el ¨colesterol malo¨ ) y el HDL (lipoproteína de alta densidad, conocido como ¨el bueno¨). Parte del colesterol es sintetizado por el organismo mientras que otra pequeña parte debe provenir de la dieta. Aunque es una sustancia necesaria, las cifras elevadas de colesterol son un factor de riesgo para el desarrollo de determinadas patologías, como las enfermedades cardiacas.

La hipercolesterolemia se produce cuando la presencia de colesterol total en sangre está por encima de los niveles considerados normales (>200 mg/dl). Este aumento está asociado a problemas coronarios, al tipo de dieta, al sexo de la persona, el estilo de vida y la síntesis endógena del organismo. Sumado a esto, diversos estudios han mostrado que la menopausia podría ser un factor a tener en cuenta en el desarrollo de la hipercolesterolemia, ya que se ha observado que las cifras de colesterol tienden a elevarse cuando las mujeres se encuentran en este periodo. En otras investigaciones se ha visto que las mujeres post menopaúsicas tienden a tener los niveles de colesterol plasmático más elevado que hombres de la misma edad. (1) Actualmente se están estudiando las causas de esta relación, aunque parece ser que el descenso de estrógenos producido en la menopausia podría ser un factor importante. Los estrógenos son hormonas sexuales esteroideas producidos principalmente por los ovarios en mujeres, los cuales no sólo cumplen funciones relacionadas al ciclo menstrual y la función reproductiva, sino que también influyen en el metabolismo de la grasas y la regulación del colesterol sanguíneo, manteniendo los niveles de colesterol HDL elevados , ofreciendo así un efecto cardio protector. Este descenso de los niveles de estrógeno en la menopausia puede conllevar a un aumento del LDL colesterol y a una disminución del HDL , lo que acabaría produciendo una hipercolesterolemia. (2)


¿Qué se puede hacer para controlarla?

En la medida de lo posible, se prefiere como primera opción un cambio en el estilo de vida (incorporando hábitos saludables) antes que la medicación como tratamiento para la hipercolesterolemia. En caso de empezar con un tratamiento farmacológico pautado por un médico, este debe de ser acompañado por hábitos de vida saludables para potenciar su efecto positivo. Los principales cambios que se deben contemplar son:


  1. Actividad física: El ejercicio físico de intensidad moderada y practicado de manera constante ofrece beneficios tales como la disminución del colesterol LDL y triglicéridos, aumentando así la proporción del HDL. Además, si el paciente se encuentra en un tratamiento farmacológico para el tratamiento de la hipercolesterolemia, la actividad física ayuda a que este actué con mayor eficacia.(3)


  1. Alimentación: Cambiar los hábitos alimentarios puede reducir las cifras de colesterol y mejorar la composición el perfil lipídico. Las frutas y verduras , los cereales integrales y las ¨grasas saludables¨ son parte de una dieta cardio saludable, pero existen alimentos que son particularmente buenos para reducir los niveles de colesterol. Algunos de estos alimentos, como la avena y las menestras, son beneficiosos ya que contienen una buena dosis de fibra soluble, la cual se une al colesterol y sus precursores en el sistema digestivo y los arrastra fuera del cuerpo antes de que entren en circulación.(4) Otros proporcionan grasas poliinsaturadas, que reducen directamente el colesterol LDL o "malo", como los frutos secos, el aceite de oliva y los pescados azules. Además, aquellos alimentos fortificados con esteroles y estanoles vegetales (como los productos lácteos fortificados), evitan que el cuerpo absorba parte del colesterol consumido en la dieta. También se debe de tener en cuenta que el consumo de carnes rojas y procesadas (como los embutidos) debe de mantenerse al mínimo en las personas con hipercolesterolemia, ya que contribuyen al aumento de las cifras de colesterol LDL.







Bibliografía:



1. Lee, J. S., Hayashi, K., Mishra, G., Yasui, T., Kubota, T., & Mizunuma, H. (2013). Independent association between age at natural menopause and hypercholesterolemia, hypertension, and diabetes mellitus: Japan nurses’ health study. Journal of atherosclerosis and thrombosis, 20(2), 161-169.

2. Anagnostis, P., Stevenson, J. C., Crook, D., Johnston, D. G., & Godsland, I. F. (2015). Effects of menopause, gender and age on lipids and high-density lipoprotein cholesterol subfractions. Maturitas, 81(1), 62-68.

3. O’Donovan, G., Stensel, D., Hamer, M., & Stamatakis, E. (2017). The association between leisure-time physical activity, low HDL-cholesterol and mortality in a pooled analysis of nine population-based cohorts. European Journal of Epidemiology, 32(7), 559-566.

4. Castellanos-Jankiewicz, A., del Bosque-Plata, L., & Tejero, M. E. (2014). Combined effect of plant sterols and dietary fiber for the treatment of hypercholesterolemia. Plant foods for human nutrition, 69(2), 93-100.

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