Tabaco y nutrición: ¿existe alguna relación entre estos dos?
Desde hace varias décadas, se ha confirmado que los fumadores desarrollan más enfermedades tales como cáncer de pulmón, boca, garganta, páncreas, riñón y cardiopatías con respecto a los no fumadores. (1) Aunque los efectos del tabaquismo en una gran variedad de enfermedades están bien documentados, los efectos directos sobre los niveles de macro y micronutrientes en el cuerpo se han registrado con menos frecuencia. Estudios recientes apuntan a que aparte del hábito tabáquico en sí, otras características propias del estado nutricional de los fumadores (como los desequilibrios de vitaminas y minerales) pueden aumentar el riesgo de estas enfermedades relacionadas al tabaquismo.
¿De qué forma afecta el tabaco a nuestro estado nutricional?
El humo del tabaco contiene numerosos compuestos emitidos, tales como gases y partículas de alquitrán condensadas, muchas de ellas oxidantes y pro oxidantes, capaces de producir radicales libres que mejoran la peroxidación lipídica en las membranas biológicas, lo que produce un daño en los tejidos. (2) Existen micronutrientes tales como la vitamina C, vitamina E, los beta-carotenos y el selenio los cuales tienen una función antioxidante y defienden a la células contra los efectos nocivos de los radicales libres. Si bien es cierto que todos estos micronutrientes se pueden obtener en cantidades necesarias a través de una dieta equilibrada, estudios han demostrado que fumar reduce los niveles plasmáticos tanto de vitamina C como de beta-caroteno. También se ha asociado los altos niveles de enfermedades cardiacas que presentan los fumadores con el posible consumo disminuido de ácidos grasos poliinsaturados. (3)
¿La dieta de los fumadores suele ser distinta a la de los no fumadores?
Hay evidencia científica suficiente para afirmar que la dieta de los fumadores suele ser menos adecuada que la de los no fumadores. La hipótesis, difícil de establecer de manera concluyente, es que el fumador al no preocuparse por su salud, también se preocupa en menor medida de su dieta. Se ha demostrado que los fumadores suelen tener una dieta diferente a la de los no fumadores en cuanto a calidad y cantidad ya que el tabaco suele modificar los hábitos alimenticios. Así, un fumador suele ingerir menor cantidad de frutas, verduras, cereales y lácteos, a la vez que aumenta las de alcohol y café. Cualquiera de estas dos circunstancias puede influir negativamente en el equilibrio de la dieta, pero en conjunto pueden afectar incluso a la ingesta calórica, que suele ser menor.(4) Los fumadores realizan poco ejercicio físico y ello sumado a que su ingesta calórica es baja explica por qué el hábito de fumar suele ir asociado a una disminución del peso y del índice de masa corporal.
Consejo de NoisyScience: Aunque desde el punto de vista médico y nutricional se puedan dar algunas recomendaciones al paciente fumador tales como incrementar el consumo de micronutrientes (principalmente vitamina C) y mejorar los hábitos alimenticios para lograr una dieta equilibrada, la única solución para prevenir o reducir el riesgo de padecer enfermedades asociadas es abandonar el hábito tabáquico por completo. Un estudio publicado en The British Medical Journal en el 2018, indicó que fumar incluso un cigarrillo al día conlleva importantes consecuencias para la salud, principalmente un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. (5)
Bibliografía:
1. Yanbaeva, D. G., Dentener, M. A., Creutzberg, E. C., Wesseling, G., & Wouters, E. F. (2007). Systemic effects of smoking. Chest, 131(5), 1557-1566.
2. Dellinger, B., Khachatryan, L., Masko, S., & Lomnicki, S. (2011). Free radicals in tobacco smoke. Mini-Reviews in Organic Chemistry, 8(4), 427-433.
3. Northrop-Clewes, C. A., & Thurnham, D. I. (2007). Monitoring micronutrients in cigarette smokers. Clinica chimica acta, 377(1-2), 14-38.
4. Cade, J. E., & Margetts, B. M. (1991). Relationship between diet and smoking--is the diet of smokers different?. Journal of Epidemiology & Community Health, 45(4), 270-272.
5. Johnson, K. C. (2018). Just one cigarette a day seriously elevates cardiovascular risk.